jueves
Milagros
martes
De...
Hubo una fiesta, grandiosa y etílicamente extraña, como deberían ser todas las fiestas:
Un extraño brebaje flotaba en el ambiente como la niebla en la madrugada continental, un épico tira y afloja (un "sí, pero no" que me tuvo en vilo toda la noche), un amigo que se ahogaba en un palmo de agua y desamoríos que tuve que reamorar con frases inconexas y un poco de cinta aislante. No se lo que pasó realmente, pero yo lo recuerdo así; es más, puede que hasta hubiera un dragón.
Días más tarde, perturbadores susurros en la oscuridad y viejas sospechas que salen a flote. Mi ética y mi raciocinio se enfrentan una vez más a su archienemigo; la última vez salieron gravemente heridas, y yo sufrí las consecuencias.
Mientras, yo me limito a sentarme y ver como pasa todo como un observador neutral. Hace tiempo aprendí que lo que tenga que pasar pasará y yo no podré hacer nada por evitarlo. Sea bueno, malo o (electro)indiferente. Siempre ha sido así y siempre lo será, cuanto más luche contra eso, más me dolerá cuando no pueda evitarlo.
En todo caso tengo planes ocultos por algún lado, cuando los encuentre y salgan a luz deslumbrarán al mundo. Éste tendrá que taparse los ojos con las manos y mientras esté distraído yo huiré por la puerta de atrás, como un perro. O puede que resulten ser tan solo un leve destello luminoso, como una parpadeante bombilla de cuarenta y cinco vatios sacada de una cutre peli de terror, y al intentar yo huir como un perro por la puerta de atrás el mundo me agarrará con fuerza y me sodomizará con su gran y venoso miembro. Como he dicho antes, pasará lo que tenga que pasar. Resignación y vaselina.
sábado
La chica de las rastas rubias
Estabamos en un grupillo de unas personas, bailando y haciendo el capullo. Entonces se acerca la chica de las rastas rubias y empieza a gorronear de nuestros cubatas. Como estaba tremenda todo el mundo le dio (somos tíos) y con la coña de eso empecé a hablar con ella, pero no me hizo mucho caso. Al cabo de un rato volvió a gorronear más y hablé un ratillo más con ella pero como no le di alcohol pasó de mí y fue a mis amigos. Cuando me volví a encontrar con ella le dije que era una zorra, pero se lo dije educadamente. No es que me molestara que se hubiera liado con unos cuantos tíos, mejor por ella, pero jugar con el rollo de hacerte caso solo para que la invites y después pasar de tí me pareció muy zorril. Y se lo dije. Discutimos un poco, nada grave, y entonces vino uno de los colegas y la espantó. Pero se ve que a la tía le puso que la insultara por que al cabo de un rato dejó de hacerse la ofendida y volvió, y esta vez no quería alcohol. Hay que decir que ella estaba muy borracha, aunque yo también. Y estaba tremenda.
Bailamos un poquito, cada vez más agarrado, y aunque ella se me acercaba, le iba hacerse la interesante y no me lo ponía tan fácil. Al cabo de un rato se fue, otra vez. Y al cabo de un rato volvió, otra vez. Y seguimos tanteando la situación. Parecía que la tenía a punto de caramelo, pero se me volvió a escapar. En este punto mis amigos se fueron a dormir, que al día siguiente madrugábamos por una reunión de trabajo, pero como yo soy inmortal y puedo no dormir un día sin ningún problema me quedé para realizar mi misión.
Estuve paseándome por ahí, bailando solo, bebiendo más y oteando el horizonte. Y entonces la vi, estaba hablando con un chico. Me acerqué, qué cojones. El chico, muy borde, me dijo que ella estaba demasiado borracha y que me pirara. Me fui a seguir haciendo el gilipollas solo, yo a mi rollo, ya la pillaría suelta.
Se acabó la música, ya eran las seis de la mañana, fui al guardarropa y recogí mi chaqueta. Justo a la salida, me encuentro a la chica de las rastas rubias con otro chico. Volví a acercarme, era mi última oportunidad y lo último que se pierde es la esperanza. Estaba vez el chico fue más simpático, pero me dijo que ella estaba demasiado borracha y que se la llevaba a casa. Pues nada, encendí un piti y empecé a caminar. En dirección contraria. De puta madre, soy un campeón.
Después de vagar media hora por la zona encontré una parada del metro, aunque no era a la que debía ir. Cogí el metro, y dos transbordos y innumerables paradas después llegué a casa. Por fin. Nada más rozar la cama me llaman mis amigos, que me había quedado dormido y que llegaba tarde a la reunión, pero esa ya es otra historia...
La cuestión, otra vez que se me escapa una oportunidad fácil (y la segunda en una semana). No sé que me pasa, pero últimamente tengo muy mala suerte con las mujeres. Es una putada quedarte a las puertas, que te dejen oler la galleta y después te la quiten de las manos. Lo tenía a puntísimo, esta vez el alcohol me ha jugado una mala pasada. Bueno, por lo menos mientras bailabamos le metí mano hasta hartarme. A falta de pan...
Antoanología
pero ya temprano me percaté
de que en un mundo de palizas
y violaciones
un chico mundano
y su triste mano
no podían ser más que
una pareja solitaria.
Así que empecé a inspirarme
en ya experimentados poetas.
Y poco a poco fuí entendiendo
que este no es mundo
de poetas ni de poetas.
Porque en el mundo
en el que yo vivo
el Duero del olmo seco
no es más que un simple río
de desechos industriales.
En éste mundo vacío
que me ha tocado vivir
la luna solo riela
en charcos recién potados.
Si agradable descanso, paz serena
por el culo te la hinco;
más quisieras que te diera.
Puede ser quizás
que en este mundo áspero
las coplas tan solo sean
a la muerte
de un padre.
Por que
descaminado, enfermo, peregrino
en mi mundo tierno
caminar quisiera y solo conseguí
voces en vano, pasos sin tino.
La vida es sueño
y los sueños
no preguntes qué son;
pues poesía no eres tú,
ni tu pupila azul.
No me podrán quitar lo colocado,
si ya primero no me quitan lo vivido.
Pero puede la benemérita
requisar mis recuerdos
y en un noche en el cuartel
convertirme en un tuno.
En tuno no quisera
en tuno convertirme
y tu no querrías
en tunante convertirte.
Así que tan solo me dedico
a reírme de todo y todos,
lamentarme por lo que no fue
y por lo que no pudo nunca ser.
Y llorar como un gilipollas
en la esquina donde mean
los perros verdes,
y tu puta madre.
domingo
Un poema de amor
tatuando dianas
a la izquierda del pecho.
Pajearme a dos manos
con alambre de espino.
De cada gota de sangre
que derrame mi polla
nacen rosas negras.
Si un corazón tuviera,
masa palpitante
envuelta en sagre,
no dudarías atravesarlo
con una estaca de madera.
Hago barcos de papel de fumar
y después los naufrago
en vasos de whisky barato.
Me ahorco en cada farola,
me parto el cuello soñando
y un cuervo negro se come
mis ojos llorosos.
Al final me duermo
en cualquier rincón
de cualquier calle
en un ciudad anónima
de cualquier parte.
¿A quién le importa
dónde van a morir mis sueños?
Y la vida sigue
La, la, la, la, la. No sé, era por rellenar que llevo casi dos meses sin poner nada y ya me sentía mal.
Por cierto algún día debería escribir el segundo capítulo de Una historia, que ya está casi del todo pensado y solo falta escribirlo. A ver si por fin hago algo un poco serio, ya. Ostia puta.
miércoles
Oscuridad
Oscuridad
Cristal oscuro
Oscura noche.
A traves de mi ventana
polvo y humo,
nada en la noche
que haga recordar
tiempos pasados.
Camino en el tiempo
sin mirar atrás.
Pantalla oscura,
intento escribir
los relatos de una vida
que nunca viví.
¿Quien sabe lo que sucederá
al salir tenue el sol
y alumbrar todo aquello
que creímos creer?
Memorias quemadas en el azar.
Sobrevivimos.
Como podemos, sobrevivimos;
alcohol y humo.
¿Quién sabe lo que sucedió
esa noche que nadie
-acaso las sombras,
y nadie más-
recordará jamás?
Oscura noche.
Sombría eternidad.
Una mañana creí despertar
más al alzar los ojos
solo pude ver
azabache realidad
e irreal sinceridad:
Una oscura,
oscura noche,
que nunca acabará.
Intento escapar
de un mundo
que me atrapó
-como dicen algunos:
sexo, drogas y rock n' roll-,
pero apenas recuerdo
la persona que fuí
ni la que pude ser.
Azul es la sábana;
azul es la llave
entre mis dedos,
azul es la puerta
hacia la verdad.
Azul lo es todo,
pero yo no soy nada:
Tan solo negro
en la oscuridad.
¿Hay vida más allá?
¿Existe eso que algunos
insisten en llamar
realidad?
Intenta encender una cerilla,
inténtalo,
y antes de poder ver nada
te quemarás.
Oscuridad.
Siempre oscuridad.
Nada es cierto,
nada es real.
Solo noche
y oscuridad.
"Nunca podrás despertar,
no intentes dormir.
De esta fantasía
jamás escaparás"
Me dice una voz
desde algún lugar.
Miró allí,
miro allá.
En las tinieblas
no hay mucho que buscar.
A tientas
y tropezando
en el vacío avanzo,
para enconcontrar
una decrepita figura
que rie y rie
y siempre reirá,
de noche en noche
toda la eternidad.
Resignado comprendo
que la figura circense,
demacrada y patética,
tan solo es mi reflejo
en el sucio cristal.
Y nada más que eso.
Eso y la oscuridad.
Así que olvidemos
todo lo que creímos saber.
Tan solo bebamos
por lo que nunca pudo ser.
Brindemos por la oscuridad:
Que nos envuelve,
que nos llena
y que hasta la muerte
nos acompañará.
Sant Joan '08
Este año, cansados del rollo de siempre decidimos hacer una fiesta en una casa de pueblo de una amiga. Unos treinta jóvenes en medio de ninguna parte con muchísimo alcohol y ganas de pasarlo bien. La cosa prometía.
Llegamos en el coche de un amigo. La paella estaba empezando a hacerse así que los que estorbábamos fuimos a jugar a futbolín, a beber vino y a fumar porros. El Lambrusco se acabó demasiado rápido: en cosa de dos horas nos trincamos unas quince botellas. Somos unos campeones. A las doce empezamos a cenar y apareció de la nada una garrafa de cinco litros de vino blanco casero.
Fue acabar y me fuí con unos mexicanos muy simpáticos a hacer mojitos. Pero no esas mariconadas que he visto en algunos bares con seve up o limonada. Este mojito era del auténtico, del bueno, del que me gusta, del que te pega un pelotazo y ni te enterás: Zumo de lima recién exprimido, hielo picado, hojas de menta y ron. Mucho ron. La gente se abonó al mojito y cada olla que hacíamos (sí, en ollas) duraba diez minutos. Cuando me cansé de hacer de camarero saqué el tequila, corté limón y encontré la sal. Es lo último que recuerdo.
Tengo un flash en que hay una chica está subida a un árbol y no puede bajar. Tengo un flash de Carlos potando. Tengo un último flash de Carlos y yo (en calzoncillos) saliendo por la ventana de la habitación y subiendo al tejado.
Desperté con resaca, mucha resaca. Había gente durmiendo en sillas. Todo caras cansadas. Sorteé los obstaculos como pude (¿aún estaba borracho?) y busqué en la nevera. Apenas se había tocado el vodka, el mojito destrozó a todo el mundo. Por suerte rescaté una litrona Xibeca de las profundidades y me agencié una cómodo sillón. La gente se fue levantando. La Xibeca fue bajando. Un chico y yo empezamos a hacer bikins y repartirlos entre la gente. Empezamos a recoger. Todo el mundo ayudó, realmente la gente era muy maja. Al final quedamos unos ocho, que reunimos las sobras de comida y nos quedamos a comer bajo la sombra de un árbol con los viñedos de fondo y la brisa despejando nuestros sentidos. Que bucólico.
La anfitriona nos bajó en coche y Carlos y yo fuimos a mi casa a hacer una birras y mirar Cómo conocí a vuestra madre hasta las tantas de la noche. Después compramos una botella de nuestro amigo Jack y seguimos bebiendo. Pero eso, amigos, es otra historia.
viernes
Repetimos

Ayer fuimos a cenar y después a tomar unas birras con unos colegas. Allí encontramos a un colega de la universidad y nos fuimos con él a una discoteca de rock llena de viejos que estaba a tomar culo. La gente se fue pirando y a las cinco de la mañana solo quedábamos Carlos y yo. Entonces empezamos a caminar hacía una parada de metro lejana.
Íbamos por una calle desierta. Me paro para atarme los cordones y cuando levanto la vista veo que un chaval está agarrando a Carlos de la camiseta. Me acerco para ver que pasa. Me agarra a mi también. Me pide tabaco. Tranquilo, le digo que no me queda. Entonces me dice que saque todo lo que lleve. Le digo un contundente NO. Entonces intenta pegarme (soltando a Carlos), pero es muy lento y para su golpe sin problemas. Cuando me giro veo a Carlos en modo berserker que le suelta una buena ostia. Aquí empiezan los golpes, y el chaval se llevó unos cuantos. Yo, pacífico como siempre, intentaba solo empujarle para que no pudiera pegar a Carlos. Entonces el chaval amenaza con sacar una navaja (dudo mucho que la tuviera), y nos piramos. Nos fuimos con la dignidad y la cartera intactas.
Unos días se pierde y otros se gana.
sábado
Noches
Quedamos en el Valhalla (que no es el mismo Valhalla de Mallorca). Fue una decisión táctica: para hacer una cerveza es mejor quedar en otros sitios con más luz y menos ruido, pero el Valhalla casi no tiene luz y la música está altísima. Condicionamiento subliminal. Así que después de la segunda cerveza a Carlos le entraron ganas de ir al Metal Zone, pero antes había que ir a emborracharnos.
Llegamos a Marina y la primera parada fue el bb+ dónde nos bebimos un cubalitro ron-cola y unos osos cavernarios... quiero decir mataosos. Hablamos con la dueña acerca de que ahora la policía quiere cerrar todos los bares de la zona por que quieren construir edificios de viviendas y, lamentablemente, parece que lo están consiguiendo.
Ahora ya estabamos listos para metal extremo (esa era la temática de ayer). Cuando llegamos el Metal Zone estaba casi vacío, los viernes casi no hay gente, pero cuando avanzó la noche la cosa no estuvo tan mal. Recuerdo que en un determinado momento Carlos fue a pedir una canción (aunque sabe que nunca se las ponen), la cosa fue algo así:
-Carlos: ¿Podéis poner Amon Amarth?
-DJ, sonriente: Está sonando Amon Amarth ahora mismo.
-Carlos, rojo de verguenza: ¿Podéis poner The pursuit of vikings?
DJ, pedante: ¿No estás cansado de escucharla?
Para los que no vayan mucho al Metal Zone, The Pursuit of Viking es una canción muy típica, la ponen casi siempre; y casi tiene más fama la canción que el grupo. Es como si en un determinado momento estuviese sonando Beautiful People de Marilyn Manson (Q.P.D.) y fueséis a pedir Sweet Dreams. Si no le pilláis la gracia ni con esa perfecta analogía que os den por el agujero oscuro.
Más tarde se me planteó una situación vital. Carlos estaba ya completamente borracho y yo estaba borracho (a secas). Recuerdo pensar llegar a ese punto donde siempre me paro. Hace años que aprendí a reconcer ese punto, el punto a partir del cual pierdo el control. En general no paso ese punto (aunque lo hice el viernes pasado). Recuerdo tomar la decisión consciente de pedir un cubata... y después no recuerdo nada más. Tengo flashes de pedir birras para mantener el nivel, o estar fuera con Carlos vomitando y yo con un cubata en el bolsillo. Sí, en el bolsillo, con vaso y todo; y no se derramó.
Acabó la noche, nos comimos las patatas de rigor y para casa. Me he despertado a las tres encima de la cama (y no dentro, como debería ser) totalmente vestido y con la luz encendida.
Por cierto Carlos, la canción que no se nos quitaba de la cabeza en el metro hacia Marina es Stabbing the drama de Soilwork. Los veremos en directo en el Getafe Electric Festival dentro de dos semanas.
lunes
semana
1.-Escfribir vorraxcho no es bueno para el b olg.
2.- Cuando bebas no hables. Puedes cagarla mucho. Por ejemplo: Puedes decirle a todos tus compañeros de curro y colegas que vas a pillarte a una tía ; y como les dices el día siguiente que te ha dejado plantado por otro tío? (menos atractivo que tu)
3.-El robocop (o era el cuatro).
4.- Columpiarte en el parque infanil con Carlos mola cuando vas puesto de extasis a las seis de la mañana, en el resto de los casos solo eres patético.
5.- En un día de depresión eres capaz de ver 12 capítulos de una serie melodramática y dos pelis gores.
6.- Eres gilipollas.
7.- El anterior es broma: No eres gilipollas, solo un capullo.
8.- Si te emborrachas en una fiesta no intentes darle patadas a un tío que se folla una columna. Puedes quedar mal.
9.- El sabor extraño que notaste el otro día: eras tú mismo.
10.- A las 4:28 de la mañana las galletas Príncipe son un manjar.
10b.-Mañana será otro día.
11.- Esta semana he aprendido muchas cosas, aunque la semana que viene no recordaré ni una...
12.- Como dijo alguien:
Todo el mundo debería creer en algo. Yo creo que voy a seguir bebiendo.
sábado
festaFIB y patadas voladoras
Nada más salir de currar fuí directo a la venta de tickets y me pillé cinco birras. Después encontré a mis amigos, ya borrachos y empecé a beber para ponerme a la altura. Y lo conseguí. De las últimas horas no recuerdo nada. Acabé hablando con mucha gente que llevaba viendo día a día durante tres años sin dirigirles la palabra, aunque ahora ya no recuerdo quienes eran. Espero que el martes ellos me recuerden a mí.
También recuerdo intentar pegarle una patada a un amigo muy borracho que se follaba una columna y patinar. El resultado fue, como mínimo, espectacular. Algo así como una patada voladora con planchazo al suelo incluido. La gente que me suelo encontrar en el futbolín empezó a aplaudir. Cuando me recuperé de shock me puse en pie y empecé a hacer reverencias. Que estilo que tengo.
Tengo un vago recuerdo de besarme con una chica. No recuerdo su cara, pero sé que sabía raro. Creo que no la volví a ver en toda la noche. Después llegaron unos colegas, aunque no sé si estuve mucho con ellos ni si hice el ridículo; sospecho que sí.
Lo siguiente que recuerdo es ir hacia casa, hablando con un amigo super enamorado de su novia, hablándome del amor. No se si le dije que era un gilipollas, pero debí de haberlo hecho.
Nada más llegar a casa me hice un bol de pasta con sabor a pollo y pa' la cama.
Me he despertado.La muñeca y el codo doloridos. Los pantalones en el suelo con las cosas dentro, la chaquetan tirada en el salón, al lado de un bol sucio. Resaca.
Dios, que noche.
Schaduwplek vs. las máquinas
Yo creía que Melian I El Inmortal estaba arreglado, pero hace pocos días vino Carlos a casa para hacer una birrillas y descubrimos que volvía a hacer lo de siempre. Cada vez que creo que lo arreglo funciona unos cuantos días y después vuelve a reiniciarse cuando está cargando el XP. Como teniamos ganas de mirar una peli me puse manos a la obra con FreeMelian que, como ya deberíais saber, no cargaba el entorno gráfico porque le desinstalé un paquete, al parecer importante, y como no cargaba el entorno gráfico no me pillaba la wifi. Un compañero del curro me dijo que tenía que usar el programa ifconfig. La última vez que intenté usar este programa me dio algunos dolorcillos de cabeza, así que no me hacía mucha ilusión. Entonces alguien tuvo una gran idea: conectar el portatil directamente al router. Vaya chorrada. Pues sí, y funcionó. Instalé el paquete, reinicié. Todo estaba perfecto, tal y como lo había dejado. Así que tuvimos nuestra ración de pelis malas, música buena y birra, mucha birra. Un final feliz.
Además anoche (mientras yo estaba bebiendo como un cabrón) actualicé FreeMelian a la versión 8.04 LTS Hardy Heron. Con esta versión se me soluciona el error con el video que empezó todo el problema. De puta madre.
He llegado a una conclusión. Los hermanos Melian están malditos. Cuando uno funciona el otro se rompe, cuando se rompe el que funciona arreglo el roto. Nunca llegan a funcionar los dos a la vez. Me estoy pensando jubilar a Melian I El Inmortal. Después de seis años de servicio (con muchos cambios internos, creo que lo único que conserva de la configuración original es un disco duro) ya es hora de descansar. Lo suyo sería en verano, con las horas extra y la paga doble puede que me da para un PC en condiciones. Ya veremos.
Por cierto, si os parece que hoy estoy más gilipollas de lo normal es porque anoche pillé una cogorza del 15 y la resaca me ralentiza el cerebro. ahora debo ir a unas 3,14 rpm. Además esta noche tengo Fetish party (suena mejor de lo que es) en Demonix. Muchos colegas, góticos para reírte de ellos, góticas buenorras para eso que ya sabéis (NSFW) y chupitos de la muerte. Muwahahahaha, promete lo suyo. Os mantedré informados, si sigo vivo.
viernes
Sueños y realidades

Tengo una relación extraña con los sueños. Va por etapas. Hay etapas en las recuerdo todo lo que sueño. Suelen empezar con un sueño lúcido y las siguientes semanas recuerdo todo lo que sueño. También hay etapas en las que tengo muchas pesadillas; esto ocurría, por ejemplo, cuando estaba en la residencia. Lo pasé realmente mal en alguna de ellas. Pero lo normal es que recuerde poco o nada de los sueños. Bueno, si me concentro mucho justo al despertar acabo recordando algo, pero poquillo. Pero nunca me había pasado lo que me pasa ahora.
Me despierto sin recordar nada del sueño. Me ducho, afeito y salgo de casa para la universidad. Hasta ahí todo bien. De camino empieza lo extraño. Antes de nada, he de decir que cuando camino pienso mucho, hasta hay veces que no puedo evitarlo y me pongo caras o me digo cosas por lo bajo. De camino a la universidad me pongo en modo pensativo y aquí empieza todo. Al principio me viene un flash de una escena en la que yo estoy borracho hablando con alguien. Entonces digo algo que no debería, muy vergonzoso o estúpido o ambas cosas. Lo recuerdo muy borroso, como si estuviera demasiado borracho. Me paso un rato lamentándome ser tan tonto y bocazas (lo soy). Y entonces me viene la duda de si ha pasado realmente o lo he soñado. Durante unos minutos de conflicto interno analizo el recuerdo intentando discernir la realidad de la fantasía. Las preguntas clave que me hago son “¿Cuándo fue esa noche?” “¿Recuerdas algo más de esa noche?”. Si la respuesta es “No puedo recordarlo” llego a la conclusión de que ha sido un sueño y poco a poco llego a convencerme de ello. La próxima vez que me encuentro a la persona implicada evalúo su comportamiento, si es normal me convenzo de que todo ha sido una mala pasada de mi cerebro.
Me ha ocurrido ya tres veces, y es realmente angustiante no saber si un recuerdo es real o no, aún más si es bochornoso. Es realmente curioso, pero me da un poco de miedo que me ocurra lo contrario, es decir, que un recuerdo sea real y que me convenza a mí mismo de que no lo es.
Libre de nuevo
Saludos de nuevo, amigos.
Después de una larga temporada de exámenes durmiendo mal, estudiando demasiado y bebiendo demasiado poco, vuelvo a ser libre. Libre para volar y beber y cantar y vivir y no hacer nada en general.
Hoy ha sido la culminación de la semana. Anoche dormí poco y mal. Me he despertado destrozado. He conseguido llegar al examen a tiempo y ¡oh sorpresa! me ha ido bien. He salido sonriente del aula y he comprobado que el cielo acompaña mis emociones. He contemplado el cielo más azul y los rayos de sol más cálidos desde... que me alcanza la memoria, o sea, un par de meses. Que mundo más bonito, todo el mundo sonríe, excepto los que todavía no han acabado exámenes, y yo sonrío. Birra, futbolín, comida y siesta entre medio; ahora me preparo para una fiesta que va a hacer retumbar los cimientos del mundo. Castigaré a mi hígado hasta que suplique clemencia. Nos vemos en el infierno.
Y mañana dormiré hasta horas indecentes y después disfrutaré de mi renovada libertad. Puede que vaya a la fnac, puede que al cine, puede que me quede en casa viendo pelis, puede que vaya a hacer unas birras (lo más probable). Por la noche, alcohol y diversión.
Durante estas vacaciones que los Grandes Señores de la UPC nos han dado a cambio de la Navidad, seguiré haciendo el vago y saliendo de fiesta. Puede que me compre un portátil. Puede que vaya unos días a Mallorca. Puede que me busque novia. Puede que muera de un coma etílico. Hasta puede que limpie mi habitación (es broma) ¿Quien sabe lo que nos depara el futuro?
Felicidad y sonrisas para todos.
Post-Navidad
Buenas noches a todos. Para empezar aclarar que ahora mismo estoy borracho. Bueno, casi siempre que escribo algo en este blog estoy borracho. Es más, casi siempre estoy borracho, pero eso no viene a cuenta ahora.
Hace días que tengo la idea de escribir un post navideño, al igual que cada año desde que este blog empezó sus andadas. Las navidades se podrían resumir en el semáforo: Verde, rojo y oro. Ahora mismo no tengo ni tiempo ni ideas para analizar el por qué de esos colores concretos, pero es así.
Otro resumen válido de estas fiestas en general es el consumismo asqueroso y la hipocresía, pero tampoco tengo tiempo de despotricar contra la humanidad en general, así que dejemos esas cosas para otro día.
Este año y estas fiestas en mi vida se podrían resumir en currar (como casi siempre) y en las pocas vacaciones que he tenido me han “obligado” a ir a bastantes compromisos familiares aburridos aunque vastamente saciantes. Además he aprovechado los pocos días en mi tierra para ver a algunos, que no todos, de mis amigos. Familia y borracheras es una mala conjugación y mi madre ha acabado con un cabreo memorable. Otro día os contaré la aventura del aeropuerto.
Al volver hoy de las vacaciones navideñas he tenido que currar (todo tranquilo) y después reunión y después birras, la cosa se anima, y después cena y para acabar marcha. Tres “jovencitos” borrachos en una discoteca condal. Empecemos sinceramente: Soy gilipollas. A partir de ahora lo reconoceré ante el mundo: Soy gilipollas. Explico la situación.
Discoteca. Guay. Borracho. Guay. Aunque en teoría no se puede fumar tengo un pitillo colgando de labio. Pero el Zippo está gastado. Aprovechando que hay que pedir fuego, se lo pido a una chica interesante.
-¿Tienes fuego?- Pido, alzando el piti sobre mis labios.
-Tendrás que darme algo a cambio- Propone la chica mona.
Sonrío y incinera el extremo de mi cigarrillo. Ahora es cuando cualquier persona normal actuaría. Pero no olvidemos que yo soy gilipollas, así que me limito a decir:- ¿Qué propones?
-Se original.- Dice ella, sonriente.
Y yo, cada vez más consciente de mi gilipollez, la invito a ella y a su amiga a un chupito. La chica se resigna, se bebe el chupito, y no la vuelvo a ver en toda la noche.
La noche no puede ir peor en la disco, aunque tampoco va del todo bien, que digamos.
Vuelvo a casa en metro a esa hora en que no se sabe si es pronto o tarde. Nada destacable hasta el portal de mi casa donde, ya separado de mis amigos, se me acerca un individuo. ¿Individuo? La verdad es que es un travesti. A mí me da igual, soy una persona con pocos prejuicios. Me pide un cigarrillo y yo se lo doy. Me pide fuego y le digo que está gastado. Entonces rompe todos mis esquemas diciendo: “¿Tienes la polla gorda? Te la chupo gratis.” Cierro el portal en su cara negando con la cabeza. Antes de entrar en el ascensor miro hacia atrás pero ya no está.
Como curiosidad; sí, la tengo gorda.
lunes
Paranoia?
Chica: [...] y entonces me entró la paranoia de que me iba a llevar a un descampado y violarme.
Chico: Eso a los tíos no nos pasa.
Yo: Sí que nos pasa, lo que en lugar de llamarlo paranoia lo llamamos fantasía.
Gran finde.
domingo
Sueños perdidos
Tumbado en la cama voy perdiendo la consciencia. Mis ojos se van cerrando. Me inundo y me hundo en el mundo de los sueños. La realidad se evapora y, poco a poco, me duermo.
Los colores se difuminan en mi mente mientras los sonidos se distorsionan en mis fantasías sexuales.
Piel suave contra piel. Un dedo recorre mi espalda. Sudo, suspiro, siento y olvido. Unas piernas me atrapan. Una boca me absorbe. Atraviesa mi garganta. Cuerpo contra cuerpo. No puedo evitar gritar. Gemidos en la oscuridad.
Mis dedos se vuelven garras, mis dientes son colmillos. Mis ojos rojos penetran en los tuyos y nos fundimos en un mar de pasiones desenfrenadas.
Aullidos. Sí. Suspiros. Sí. Tus uñas en mi piel. Te muerdes el labio. Sí. Cierro los ojos. Mentes en blanco, unidos en un abrazo final. Sí. Una eternidad en un instante. Sí. Momentos únicos y después la calma.
Mis corazón se relaja, mi mente se evade, la pasión se apaga y nace el momento del sosiego. La niebla azul difuminada en mis ojos, el calor templado de tu cuerpo junto al mio. Tu boca y tus labios exhaustos besan mi piel aun caliente. Te miro, preciosa, y siento que el tiempo se contrae y se dilata en el espacio infinito de las sensaciones recién sentidas. Te miro y se que por un momento fuimos un cuerpo y una mente unidos. Me miras y tiemblo.
Poco a poco, la cálida luz que me sostiene se va apagando y las tinieblas se ciernen sobre mi cuerpo. Sólo, perdido en la inmensidad de la nada. La niebla me rodea. Oscuridad gris. Agua. Agua por todas partes. Solo agua. Agua y oscuridad. Entre las densas brumas del anochecer se intuye la luz de la luna. Agua por todas partes. Agua rodeándome por todos lados. Siento sin verlo que estoy en un bote, deslizándome silencioso entre edificios que me observan sin verme, sabiendo que en cualquier momento podría ser descubierto por miles de miradas inquietas desde ventanas oscuras. Sospechando que en cualquier momento podría ser presa de ellos, en su guarida, acechantes, esperando una señal de mi debilidad. Tengo que ser cauteloso, pasar desapercibido. Remar despacio, sin hacer ni un ruido, dejándome llevar por la imperturbable corriente hacia dónde el destino quiera llevarme.
Lentamente me adentro en un mar de edificios semiderruidos, extrañamente inclinados. Grandes moles de cemento y piedra me rodean en su fútil inmensidad, en su vacía apariencia abandonada, como si quisieran hacerme creer que ya nada habita en ellos. Ennegrecidas sus fachadas, llenas de indistinguibles ventanas y puertas metálicas, ya oxidadas, describiendo una época que pudo ser mejor. Esconden secretos oscuros y mentes enfermas, esconden cosas que nadie querría descubrir, esconden el miedo más profundo de nuestros corazones.
La noche se cierra, todo se vuelve más oscuro y siento que algo atrapa mi alma. Ya casi no puedo ver más allá del agua que me rodea, aunque sigo intuyendo las miradas recelosas desde las ventanas. Esta oscuridad antinatural embota mis sentidos y me impide ver un camino por dónde escapar. Mire por donde mire, solo veo negro y gris, y no puedo hacer nada más que sentir que me apago por dentro.
Cuando creo que mi alma se desmorona, veo una luz en la lejanía. Alumbra con esperanza un camino por el que seguir, se que es una guía que me va a sacar de aquí. Remo con decisión hacía ese lugar donde se que está la esperanza, donde se que estaré a salvo. Remo con fuerza, cada vez más. Sabiendo que al llegar todo va a salir bien, sabiendo que este mundo de pesadilla se va a acabar. Remo y más remo y más creo que me acerco a ese lugar donde está la salvación. En lo más profundo de mi mente hay algo que me dice que tengo que ir a la luz, donde todo va a salir bien, donde todo el sufrimiento va a acabar. Esa luz que me reconforta, que llena mi alma de la ya olvidada alegría de existir. Remo desesperado por alcanzar ese limbo ante mis ojos. Siempre remo y me acerco, ya casi estoy allí. Se que voy a llegar, casi estoy donde debería estar. Falta poco, cada vez me canso más, pero se que vale la pena gastar mis últimas fuerzas, pues allí está el final del dolor.
Alzo la vista esperando haber llegado ya, pero me doy cuenta de que la luz sigue al final de camino. Sigo remando, intentándolo con todas mis fuerzas. Por mucho que me acerque, la luz sigue igualmente lejana. Por más remar se que nunca voy a llegar. Pero no por eso vale la pena dejar de intentarlo. Cualquier cosa por salir de este mundo al que nunca debí haber venido a parar.
Siento que mi ser se hunde en la desesperación por conseguir alcanzar el lugar donde se que está la paz.
La luz ante mí no se acerca y la oscuridad sigue estando a mi espalda. Por mucho que reme se que nunca voy a llegar a escapar de esta podrida ciudad que por todos lados me rodea. Cuanto más me acerco a la luz, ellos están más cerca de mí, y la luz más lejos.
Las aguas se tranquilizan, la luz se apaga. Vuelvo a sentirme perdido. La esperanza se desvanece y el miedo retorna. Vuelvo a sentir la incomodidad de las miradas ocultas a mi alrededor. Un instante. De un salto unas mandíbulas sangrientas me apresan en un abrazo final.
viernes
Cazando estrellas
Me tumbo en la arena. Por un rato ignoraré la fútil compañía y me retiraré a mis pensamientos. El vodka ayuda. El mar ennegrecido se agita y se retuerce poderoso, intentando conquistar la tierra, pero con cada abatida debe retirarse, dejando tan solo heridas en la arena. Las heridas cicatrizan y los recuerdos se olvidan. La playa de noche me trae recuerdos nostálgicos. Querida tierra, no queda mucho. Aparto los dolorosos pensamientos de mi mente y me tumbo en la arena. Hace frío. El vodka y mi querida chaqueta luchan con pasión contra la brisa del mar. Gana la brisa. Escalofrío. Miro el cielo. Hacía años que no miraba el cielo; lo veía pero no lo miraba. La verdad es que de niño me gustaba mirar embobado el cielo nocturno lleno de lucecitas parpadeantes, anonadado por la inmensidad del universo. Miro el cielo y me absorbe.
Flotando en el vacío, desnudo. Me deslizo por el espacio, surcando la nada, buscando mi presa. Veo una tímida estrella titilando solitaria. Caigo en picado sobre ella. La rodeo con brazos y piernas. Su luz pasa del amarillo intenso al naranja rojizo. Agonizante reúne sus últimos esfuerzos en una explosión mortal. Una luz blanca lo inunda todo.
Abro los ojos y contemplo todo lo que me rodea: Arena, mar, cielo, amigos borrachos. Todo apenas iluminado por la luna creciente. Suspiro y enciendo un cigarrillo. El humo sube en espiral hacia el inalcanzable cielo y la brisa del mar lo diluye en la noche. Se acerca un ente de semblante fantasmal, trayendo dos vasos y una botella de vodka medio vacía, medio llena, medio algo. “Bebamos” me dice. Bebamos entonces. Bebamos hasta vomitar recuerdos.
lunes
Encuestas en el blog
Es una chorrada. Como ya he dicho sólo es una prueba para ver que tal funciona el sistema y para ver la implicación de los lectores. La pregunta es qué clase de bebida prefieres. Espero que no me decepcionéis. Cuando acabe una semana ya publicaré una post comentando como ha ido la cosa.
Tenéis una semana para votar: hasta el lunes que viene a media noche.
P.D: Siento mucho ser tan soso en mis posts últimamente. Demasiada pereza.