domingo

Humo sedoso en la fria noche. Los minutos pasan y un cigarrillo da paso a otro y luego a otro. Lentamente me hundo en un limbo de frio y calor y humo en la oscuridad. Recuerdos y soledad. Oigo una voz en la lejanía que me susurra palabras que no puedo comprender pero que entiendo. Quiero escapar, huir a un lugar cálido donde no tener que lidiar con mis pensamientos; pero no puedo moverme de la cama, estoy atrapado en un mar de sábanas y de humo que perfora mis pulmones. Quiero huir a la cálida noche donde la brisa me acaricia y la luz de la luna acuna, pero estoy atrapado bajo estas cuatro paredes, rodeado de fantasmas de humo. Doy un trago de Jack Daniels y fumo otro cigarrillo, después me hago una paja; pero el whisky no sabe a nada, el tabaco no me consuela y los orgasmos duelen; nada es lo mismo, nada me satisface. Quiero sentir, quiero volver.

Recuerdos de piernas entrelazadas. Recuerdos de duchas cálidas. Dormir y despertar, ver y tocar. Recuerdos de sonrisas. Recuerdos de caricias. Recuerdos que se clavan en mi piel como un millar de agujas y que al abrir los ojos desaparecen en la oscuridad.

Un perro ladra, una televisión más allá, un coche pisa un charco. Todo es absurdo, nada tiene sentido. Solo son ruidos, no son más que vibraciones en el aire. Todo está vacío de significado, nada es real.


Oigo el Claro de Luna de Beethoven, la música proviene de todas partes y de ninguna, pero es real. Puedo sentir que es real. Viene del mar, atraviesa la oscuridad y el humo y llega hasta mi pecho, lo hace vibrar con cada nota. Me siento bien.







La música empieza a suavizarse hasta desaparecer con una última nota perfecta. Vuelvo a estar solo, pero por fin puedo dormir tranquilo porque ahora sé que en algún lugar más allá del mar hay algo real.

miércoles

Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en internet

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

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lunes

Después de un mes y medio sin publicar nada no tengo otro remedio que pedir disculpas a mis lectores. No os he abandonado, no os he olvidado. Simplemente he estado muy liado: clases, busqueda de piso (de nuevo), trabajo, exámenes... y más cosas han tenido mi mente y cuerpo ocupados.
Prometo que ahora que las cosas se tranquilizan un poco volveré a publicar, tengo cosillas a medio escribir y relatos en mente que pueden acabar en algo decente, ya veremos. En todo caso, me pasaré más por aquí.

martes

Trabajar es malo

Era un bonito domingo, soleado. La noche anterior había llovido y el aire estaba limpio y fresco. Eran las cinco de la tarde y Carlos salía de casa con las gafas de sol, una camiseta vieja de propaganda, los pantalones rotos y una chanclas de goma. Se acababa de duchar y, a pesar de a donde se dirigía, se sentía bien. Se había despertado cuatro horas antes, después de una larga noche de descanso, había comido, había limpiado los platos del día anterior y se había duchado. Ahora caminaba sonriente calle abajo dirección al trabajo. Era domingo y se había pasado toda la semana anterior trabajando más del doble de lo que le tocaba, pero hoy era un día precioso y no pensaba ponerse de mal humor por tener que trabajar un poco más. Resultaba que una máquina de envergadura que solían usar se había roto y ahora debían hacer todo la faena en máquinas más pequeñas, con lo que el tiempo de trabajo aumentaba. Por supuesto, le tocaba pringar a él, Carlos.
Llegó al trabajo, encendió la radio y se puso manos a la obra: Encendió todas las máquinas, conectó los servidores y empezó a enviar las plantillas. Al cabo de dos horas un ruido extraño le desconcentró de la tarea. Bajo el volumen del aparato de música y le pareció que venía de fuera. Al asomarse vió que empezaba a llover, todavía tenía mucha faena, seguro que luego paraba.
Carlos llevaba mucho tiempo trabajando cuando su barriga empezó a rugir. Miró el reloj: eran las nueve. Se asomó a la ventana y llovía a cántaros, pero como no parecía que fuera a amainar pronto y por miedo a que le cerraran el bar decidió que mojarse era un buen precio a cambio de llenar el estomago.
Cerró la puerta con llave y empezó a correr hacía el bar. A medio camino, cuando ya estaba totalmente empapado, recordó que en el curro había un paraguas que alguien olvidó un día y nadie reclamó jamás, pero ahora ya no tenía sentido volver a por él. Al final llegó al bar, donde un animado grupo de personas que miraban un partido de algo debajo de sus secas ropas le miraró como si fuera un leproso. No era su culpa estar en remojo y tiritando, para empezar ni siquiera debería estar allí, que era domingo, joder. Ni siquiera Dios trabaja en domingo. Ignorando a esas personas de cálidas ropas y fríos corazones se dirigió a la barra y pidió un bocadillo de lomo, queso, cebolla y mayones, y, por qué no, una cerveza. Para entrar en calor. No tenía sentido sentirse mal, solo era una cerveza, y él ni siquiera debería estar aquí, que era domingo. Además el sábado no había podido salir por tener que ir a trabajar y realmente le apetecía mucho una cerveza. Como no paraba de llover y dentro del bar se estaba calentito, Carlos decidió quedarse a comerse el bocadillo allí. Total, era lo mismo comerlo allí que en el frío y oscuro local donde le obligaban a trabajar. Cuando iba por la mitad del bocadillo se sorprendió al ver su cerveza vacía, le costaría acabar de tragar ese pan tan seco sin algo líquido así que se pidió otra, igual el mal ya estaba hecho.
Carlos salió del bar algo más calentito y con algo menos de equilibrio. Al final habían sido cuatro cervezas. Por lo menos ahora ya le daba igual si llovía o si debía quedarse a trabajar hasta las cuatro de la mañana. Cuando llegó al trabajo volvía a estar empapado y temblaba tanto que apenas podía introducir la llave en la cerradura. Aún no entendía como se le había podido ocurrir venir en manga corta, pantalones rotos y chanclas de goma, tenía agua hasta en los calzoncillos. Al entrar en la tropezó con una caja, estaba menos hábil de lo creía. Además se percató de que había ido dejando un reguero de agua al entrar. Se desabrochó los pantalones para quitárselos, igualmente estaba solo. Malditas chanclas de goma. Apenas podía mantener el equilibrio. Tenía los pantalones medio bajados y aún llevaba las chanclas de goma. Malditas chanclas de goma. Maldito suelo resbaladizo.
Sonó el despertador. Daniel se levantó de la cama con dificultad. Nunca llegaría a acostumbrarse a levantarse a las seis de la mañana. Era lunes, tenía que entrar a trabajar a las nueve de la mañana y le quedaba mucho tren por delante. No sería tan duro si no fuera por que el fin de semana había hecho jornada intensiva en el bar. Era duro tener dos trabajos y además estudiar, pero era un buen precio a pagar a cambio de la seguridad del primer mundo. Por mucho que quisiera su cálido hogar, por lo menos aquí los niños de catorce no te roban a punta de pistola. Pero sin duda, lo que más le jodía era haber tenido que dejar a su muchacha allá, Atlántico de por medio. Sola, desamparada. La echaba de menos.
En el tren Daniel aprovechaba para estudiar un poco. Le estaba costando mucho sacarse la carrera, pero debía seguir esforzándose, solo así conseguiría ser alguien en la vida. Salir del agujero. En su tierra natal solo se podía ser pobre o ladrón, y ninguna de las dos opciones le gustaba. Debía aprovar la maldita carrera, encontrar un buen trabajo, traerse a su novia y comprarse una casa bonita.
Llegó al trabajo. Un día más. Joder, como odiaba ese trabajo. Lo único que le hacía continuar allí era la esperanza de un futuro mejor. Introdujo la llave, pero ésta no giró. Que raro, estaba abierto. Normalmente siempre llegaba él el primero ya que debido a la poca frecuencia de los trenes era o llegar pronto o llegar tarde, y no podía permitirse perder el trabajo, por mucho que lo odiara. Vio una luz en el local de producción. Se acercó a ver quién era el que había llegado temprano. La verdad es que en los últimos días habían ido de culo por culpa de una máquina estropeada. Seguro que era Carlos, uno de los pocos chicos que valían la pena. Aunque a primera vista parecía demasiado serio, en el fondo era un joven simpático y muy cumplidor, siempre que le había tocado trabajar con él todo había salido a la perfección y a su hora.
En producción no parecía haber nadie, aunque se veía en el luz en el ordenador del fondo y se acercó a echar una ojeada. De repente vio un bulto en el suelo, detrás de unas cajas. y se acercó a comprobar. A medida que se acercaba, sus sospechas se iban confirmando: efectivamente era Carlos. Sobre un charco de sangre, con la cabeza abierta.

viernes

Atrapado

Han pasado cuatro días desde mi última entrada y las cosas siguen igual. Igual de mal, quiero decir. Mucho trabajo: Media de diez horas diarias. Hoy he acabado de trabajar a las doce y media de la noche y ya no he podido coger el metro, así que escribo esta entrada desde el trabajo. No tengo comida, ni tabaco; solo tengo internet, birra caliente y un sofá. Y me pienso emborrachar con birra caliente. Por que lo necesito. Me despertaré en el curro con resaca y me pondré a trabajar.

lunes

Cansancio

Después de dos semanas currando una media de ocho horas al día (eso significa: unos días seis, otros diez). Después de trabajar cinco horas el viernes (y en cataluña es fiesta). Después de trabajar el domingo otras cinco. Todo ésto teniendo en cuenta que mi jornada es de cuatro horas de lunes a viernes. Después de muchos problemas con el trabajo (he de admitir que algunos han sido culpa mía). Después de trabajar hoy doce horas con un descanso de media para comer. Después de todo eso llego a casa las diez y media hecho polvo, para encontrar que con cuatro gotas de mierda se me ha inundado el piso.
¿Algún voluntario para cortarme la cabeza? Por favor.

domingo

Niñas tontas

A pocos minutos de que el sol se escondiera tras el mar recitó para si misma los versos por última vez. Aunque la luz ya no molestaba se dejó puestas las gafas de sol para ocultarse a si misma unos ojos sonrojados e hinchados. Estaba sola, sentada sobre una roca bajo un pino mirando el final del atardecer y recordando viejas canciones que ya no volverían a sonar. Encendió un cigarrillo con la calma propia del momento. El ruido de las olas rompía el silencio contra las rocas. Expiró el humo que se diluyó en la inmensidad poco más allá de la última rama del pino. Pasó un dedo por su brazo, recordando sensaciones, sintiendo recuerdos. Le costaba respirar. No era por el tabaco, era algo diferente. Era como si no pudiera llenar los pulmones, como si una fría coraza de hierro no le dejara hinchar el pecho. Le oprimía en lo más hondo de su caja torácica, a la altura del esternón. Miró el mar tintado de ocre y se imaginó sumergida en él para toda la eternidad. Quería sentir esa paz que solo se puede sentir cuando no hay más que agua a tu alrededor. Lo necesitaba, lo necesitaba tanto como dejar de recordar. Una nota grave explotó en su cerebro y una lágrima se deslizó por su mejilla. Dio otra calada y se secó con la manga de la camisa. Llorar es de niñas tontas. Apagó el cigarrillo con violencia, miró al mar una vez más y empezó a caminar. Sus dedos rozaron el áspero tronco del pino al pasar. El sol se hundió en el mar.

viernes

Desvaríos

Buenos días a todos. Al final ayer ahogé mis gritos en alcohol. Me va a estallar la cabeza, pero por lo menos ya no me apetece gritar. No dice mucho en mi favor que la camarera de un bar al que voy como mucho quince veces al año ya sepa mis gustos en alcohol. Está buena y a veces me invita a alcohol, ¿qué más se puede pedir en una mujer? Recuerdo música muy buena. Había un par de chavalinas muy majas, y la música fue increíblemente buena. Una chica vino a admirar mi camiseta, aunque no estaba buena. Creo que hice alguna tontería (no con mujeres, me suelo controlar bastante, incluso borracho, además ayer no me apetecía. Sí, a veces a los tíos no nos apetece pillar), pero a partir de la tercera absenta empiezo a tener lagunas. Lagunas como el puto mediterráneo. No sé cómo salí de allí, pero acabé tirado en un bordillo, medio debajo de un coche. Cuando me intenté levantar tuve que abrazarme a una farola para no caerme. Que típico, ¿no? Por lo menos ya no me apetece gritar. Sólo me apetece dormir hasta el día del juicio final. Pero no va a poder ser, tengo una sesión de drogas esta tarde. Algún día de estos voy a morir, os lo aseguro. Y entonces ya veremos quién se ríe. Creo que anoche saqué absenta por la nariz, me escuece mucho la faringe. Creo que eso es la faringe. Dormir. Últimamente escribo mucho, será cierto que las drogas y las mujeres inspiran. ¿Es mejor cantidad o calidad? Si hablamos de sexo la respuesta es obvia, pero ¿en todo lo demás? Ya no sé ni lo qué digo. Que alguien me corte la cabeza con una motosierra, así dejaré de sentir como si mi cerebro fuera más grande que mi craneo. Puestos a cortar cosas, hagámoslo divertido. Todos sabemos que las motosierras son divertidas. Me hubiera encantado que de niño me hubieran regalado una, aunque en ese caso mi madre ya no tendría perros. Malditas ratas grandes. Y mira que me caen bien, los muy cabrones. Menos cuando se mueren de madrugada y tengo que enterrarlos con resaca. Me va a estallar la cabeza. Y encima después seguro que toca limpiar las sábanas a mí. Groar. Me voy a dormir. A lo mejor me paso por debajo de la cama para echar un rapidito. Nos vemos en Babilonia, donde los sueños se hacen realidad y la realidad no son más que reflejos en un estanque.

jueves

Un día decidí explicar a una serie de amigos que escribía, les enseñé el blog. No a todos, mucha gente sigue sin saberlo, pero algunos de los que me leen me conocen en persona. Algunas noches desearía que este blog volviera a ser anónimo. Poder gritar con tranquilidad y que nadie sepa que estás gritando. No gritar de dolor, ni frustación, ni siquiera de placer; simplemente gritar. Hay noches sin luna en las que apetece gritar. Ahogaré el grito en alcohol, algo en lo que empiezo a ser experto.

Debajo de la cama

Por fin, después de días extraños llenos de alcohol, estrés y aventuras nocturnas pude tumbarme en la cama y descansar. Ahí estaba, frente a mí, deseando que me tumbara en ella y yo deseando tumbarme en su suave superficie. Lentamente y con ternura me fuí dejando caer y sentí un escalofrío cuando mi cara tocó la almohada. Cuando la sábana acarició mi cuerpo fue como si quinientas chicas desnudas me palparan con ternura y deseo. Ni un par de suspiros después ya estaba soñando con las susodichas chicas desnudas.


Un golpe seco. ¿Dónde estaba? Solo había oscuridad a mi alrededor y un suelo frío debajo de mí. Pasaron unos segundos hasta que mis ojos se acostumbraron a la falta de luz y mis pocas neuronas despertaron. Deduje no sin dificultad que me había caído al suelo y el golpe en mi cabeza lo corroboró. Suspiré y, aún desconcertado giré sobre mí mismo, acabando bajo la cama. Oí un ruído entre las cajas polvorientas y algo me rozó el brazo. Levanté la cabeza de golpe y el golpe se lo llevó mi cabeza. Mientras ahogaba el grito y las lágrimas algo me agarró del brazo y tiró de mí hacía ninguna parte, en la profundidad de mi cama. Empecé a arrastrarme violentamente y de repente ya no había suelo debajo de mí. No sé si caía o no ya que no podía distinguir dirección alguna, pero lo seguro es que ese algo que tiraba de mí me llevaba a algún lado.


Mis pies tocaron el suelo, aunque no sé qué suelo. No me extraña que nunca nadie limpiara bajo mi cama. Una mujer desnuda se apareció ante mí. Esto me empezaba a gustar, aunque sospeché que se trataba de un sueño ya que la desnudez femenina es un tema recurrente. Bonitas curvas, piel blanquecina, mirada perturbadora. Parecía una muerta de una peli de miedo, aunque estaba muy buena. Si podía caminar, podría hacer otras cosas, por muy poco pulso que tuviera. No me juzguéis, después de tanto tiempo sin mojar empiezas a bajar el listón. Me cogió de la mano, el hecho de que no estuviera fría me tranquilizó un poco, sonrió con picardía y tiró de mí. Empecé a seguirla convencido de que era un sueño y que ahora venía la parte buena. Al intentar caminar ella me miró con dureza y me dijo con voz cortante que no la siguiera. Me paré, volvió a sonreír y volvió a tirar de mí. No lo entendía, y no me gustan las cosas que no entiendo. Cuando vio que no me movía tiró con más fuerza y sonrío con más picardía. Hay cosas que un hombre puede resistir, una mujer desnuda no es una de ellas. Nada más alzar el pie vi un destello y después una mano me cruzó la cara. Cuando abrí los ojos la mujer ya no estaba allí. No hay quién las entienda.


Me giré y empecé a caminar en una dirección aleatoria. Vi una sombra al frente. A medida que me acercaba descubrí, medio contento, medio triste, que se trataba de una figura masculina. Era un tipo de unos veinticinco con barriguita y gafas, bebía un coctel con una sombrillita y me miraba con desdén. Saludé con la mano y él me hizo un movimiento con la cabeza. Le solté un "¿Qué hay?" y le tendí la mano. Me cogió el brazo y rápidamente se lo llevó a la boca y me dió un bocado. Antes siquiera de darme cuenta yo mismo, mi puño volaba hacía su cara. Se podría decir que mi mano y su nariz no se hicieron muy amigos, aunque por lo visto su culo sí que hizo buenas migas con el suelo. Mientras soltaba un tardío "Au" y me miraba las marcas de dientes el tipo se volvió a levantar. Lo más sorprendente es que no había derramado ni una gota del cóctel. Se abalanzó sobre mí e intentó morderme el cuello. Lo empujé hacia atrás y le golpeé con un periódico enrollado en el hocico al grito de "¡Perro malo!". Pues sí, ahora tenía un periódico, que cosas.


El tipo no se cansaba de venir hacia mí y cuando el periódico perdió la forma cilíndrica decidí que ésta era una batalla perdida así que empecé a correr. Como ya he dicho el chico tenía barriguita y soy un joven fuerte y sano (aunque fume), así que le cogía distancia. Al fondo ví, de nuevo, la chica desnuda y la rodeé con precaución. Giré la cabeza para ver como iba y descubrí que el gordete se había abalanzado sobre ella y la mordía con pasión. Cagándome en mi conciencia y en toda la basura de debajo de mi cama decidí parar y volver a por ella. Como pude se la quité al maldito caníbal y me la llevé en brazos. Mientras corríamos ella me miró con ternura y después me pegó de nuevo. Paré en seco y la dejé en el suelo. Aunque un poco mordida seguía estando buena y no pude resistir la tentación. Me abalancé sobre ella y me esquivó. Zorra. Me volví a abalanzar y esta vez no pudo zafarse de mi pasión. Nos besamos y cuando la cosa se ponía interesante desapareció de repente. Se esfumó en el aire. Me giré decepcionado y me encontré con otra chica, igual de buena si cabe que la anterior. Sin pensárselo dos veces me hechó al suelo y me desnudó. De repente se encendieron unas luces y vi que estaba en el centro de una especie de anfiteatro romano. Las gradas estaban llenas de gente, algunos eran amigos, otros no los conocía. Ella seguía besándome con pasión el pecho, pero yo, sin saber por qué, me sentía mal por dentro. Al final, lo dejé todo de lado y me la follé. Fue el mejor polvo de su vida, que por algo el relato es mío.


Acabé y, como no podía ser de otra forma, me encendí un cigarrillo. La gente seguía mirándome, algunos con cara de querer pegarme; pero acaba de follar, en ese momento nada me importaba. Los ojos se me cerraron un instante, no fueron más de dos segundos, pero cuando los volví a abrir la chica ya no estaba. Me levanté, me puse los calzoncillos y empecé a caminar de nuevo alejándome del anfiteatro. En un punto la oscuridad se hizo menos oscura y distinguí un callejón. Llegué a él y descubrí sorprendido que sabía dónde estaba, aunque estaba lejos. Caminé y caminé y al cabo de tres horas llegué a casa. Nadie me preguntó de dónde venía a esas horas en calzoncillos, cosas peores he hecho. Me metí de nuevo en la cama y, ahora sí, pude dormir con tranquilidad. Toda la noche.


Todo lo que acabo de contar es cierto, lo creais o no, y tengo una mordedura en el brazo para demostrarlo. Esa es la parte mala, la buena es que he roto mi racha de abstinencia sexual. Cuando se lo cuente a mis colegas no se lo van a creer.

martes

De...

En mi última entrada prometí seguir escribiendo cosillas ahora que tengo más tiempo libre. Aunque ésto último no sea del todo cierto, he decidido cumplir con mi promesa. Así que ahora que mis amigos se acaban de marchar y tengo diez minutos hasta que me reclamen como mulo de carga aprovecho para escribir cuatro cosillas y para cagar. A la vez, así aprovecho mejor el escaso tiempo.

Hubo una fiesta, grandiosa y etílicamente extraña, como deberían ser todas las fiestas:
Un extraño brebaje flotaba en el ambiente como la niebla en la madrugada continental, un épico tira y afloja (un "sí, pero no" que me tuvo en vilo toda la noche), un amigo que se ahogaba en un palmo de agua y desamoríos que tuve que reamorar con frases inconexas y un poco de cinta aislante. No se lo que pasó realmente, pero yo lo recuerdo así; es más, puede que hasta hubiera un dragón.

Días más tarde, perturbadores susurros en la oscuridad y viejas sospechas que salen a flote. Mi ética y mi raciocinio se enfrentan una vez más a su archienemigo; la última vez salieron gravemente heridas, y yo sufrí las consecuencias.

Mientras, yo me limito a sentarme y ver como pasa todo como un observador neutral. Hace tiempo aprendí que lo que tenga que pasar pasará y yo no podré hacer nada por evitarlo. Sea bueno, malo o (electro)indiferente. Siempre ha sido así y siempre lo será, cuanto más luche contra eso, más me dolerá cuando no pueda evitarlo.

En todo caso tengo planes ocultos por algún lado, cuando los encuentre y salgan a luz deslumbrarán al mundo. Éste tendrá que taparse los ojos con las manos y mientras esté distraído yo huiré por la puerta de atrás, como un perro. O puede que resulten ser tan solo un leve destello luminoso, como una parpadeante bombilla de cuarenta y cinco vatios sacada de una cutre peli de terror, y al intentar yo huir como un perro por la puerta de atrás el mundo me agarrará con fuerza y me sodomizará con su gran y venoso miembro. Como he dicho antes, pasará lo que tenga que pasar. Resignación y vaselina.

lunes

Descanso forzoso

Hace un mes que no publico nada. Pido disculpas a aquellos que esperábais algo, en mi defensa tengo que decir que he estado muy ocupado. Líos con el piso, líos con el curro, lío con los estudios; todo eso sumado a alguna juerga que otra ha consumido todo mi tiempo.
Haré un resumen de algunas cosillas que me quedaron pendientes de comentar.
Primero, tengo un ordenador nuevo, Melian II (le pondré apodo después de probarlo con intesidad). Ahora mismo no tengo las especificaciones delante, pero es una bestia. Y corre Windows 7, para poder jugar.
En el último post comenté que iba a ir a una serie de conciertos. Primero estuve en el Metalway (Zaragoza) donde vi a Children of Bodom, WASP, Blind Guardian, Europe, Warcry, Motorhead, Apocalyptica, Amon Amarth, Epica, Manowar, Immortal, Stratovarius, Dark Tranquility y muchos más. Además en la semana del medio nos escapamos a San Sebastián a ver a Korn y Killswitch Engage. Un mes más tarde fui al Sonisphere en Barcelona en el que vi a Metallica y Gojira por segunda vez, además de a Slipknot, Down, Machine Head, Lamb of God y Soziedad Alkoholica. Hace un par de semanas fui a ver a Sepultura. Y me queda por ver en Noviembre a Rammstein.
Además en las últimas semanas he tenido bastante movimiento de amigos y me he visto "obligado" a salir bastante de fiesta. En una semana me he pegado dos borracheras de esas para querer recordar y no poder, y en ambas acabé con los pantalones bajados. No es lo que pensais, nada sexual, simplemente hice el ridículo; cosa ya normal en mi.
Diría que no me dejo nada. Prometo que ahora que estoy de vacaciones escribiré algo, hasta puede que continúe una historia.

sábado

De conciertos

De toda la vida me han encantado los conciertos. Oír la música que te gusta, el contacto con la gente, ver cómo tus músicos preferidos tocan delante de tí, el hecho de saber que esas notas que estás escuchando son sólo para tí; todo ello sumando en un éxtasis colectivo de sudor y pasión.

El problema que he tenido habitualmente es que los grupos que me gustan son de los que hacen pocos conciertos: o son viejos o están separados.

Pero desde hace un año estoy asistiendo a los mejores conciertos de mi vida. ¿Cómo olvidar aquel magnífico Getafe Electric Festival, en el que oí a dos de mis grupos preferidos: Metallica y Rage Agains the Machine, además de otros fantásticos músicos como Sepultura (bueno, Cavalera Conspiracy) o Serj Tankian? Simplemente fantástico.

Pues este año se presenta incluso mejor. Dejando aparte pequeños conciertillos a los que he ido yendo, como el de Pain, lo importante está por llegar. Para empezar, la semana que viene me voy una semana a Zaragoza al Metalway en el que veré grupazos como Motörhead o Manowar, amén de muchos grupos más. Además dentro de un mes asisitiré en Barcelona al Sonisphere, en el que volveré a ver a los grandiosos Metallica junto con grupos muy interesantes. Además de todo ésto en noviembre seguramente vaya a ver a Rammstein, también en Barcelona.

Lo único que me da un poco de lástima es no poder haber ido a los recientes conciertos de AC/DC, pero bajo ningún concepto pago yo 75 eurazos por un solo concierto. Me da igual que sea el mejor grupo del mundo o su puta madre y también me da igual toda la puesta en escena que hagan. Es un robo a mano armada y la única forma de protesta es la no asistencia. Me averguenza que grupos tan importantes para nuestras vidas se aproveche de su fama para vaciarnos las carteras. Es una lástima, y estoy seguro de que irán al cielo con todos los pederastas y los dictadores, mientras yo me monto orgías en el infierno con los músicos de verdad.

Y por supuesto, después de cada festival o concierto al que vaya escribiré un posts contando cómo ha ido todo al estilo de lo que hice con el Getafe Electric Festival. A no ser que me de pereza.

martes

DdOF 09

Se me olvidaba:
Feliz día del orgullo friki!

La vida en un paquete de tabaco

No hay placer mayor que encenderse un cigarrillo, ese preciso momento en el que la llama acaricia el tabaco y das una primera bocanada profunda y el humo llena tus pulmones. Después sigues fumando, una calada después de otra, hasta consumirlo todo. Miras lo que queda, el rojo consumiendo las letras, el cigarrillo vuela de tus dedos al suelo y muere bajo tu pie. Como la vida misma: te levantas y piensas "este será un gran día" y el primer placer del día es la ducha matutina, como el encender un cigarrillo; un momento eterno. Después todo ocurre muy rápido, el día avanza, calada tras calada, hasta llegar a la cama. Lees un libro, miras algo internet o una peli y después pisas el día con tu zapato. Día tras día, cigarrillo tras cigarrillo; la vida pasa.
Cuando te das cuenta miras el paquete y está vacío. Entonces te acercas a un bar o estanco y a golpe de monedas vuelves a empezar, por que la vida es así, cosas que acaban y cosas que empiezan. Colegio, instituto, universidad, trabajo, amigos, mujeres, familia. Todo empieza en un momento y veinte cigarrillos después tienes que lanzar el paquete a la basura, pero compras otro, sigues tu camino. Y tus pulmones se pudren durante el viaje.
Hay caladas intensas, sumamente placenteras, como la primera después del cine o cuando paseas una noche de verano bajo los árboles. Te encantaría llenarte los pulmones de delicioso humo y mantenerlo allí eternamente, fuera del tiempo. Lo mismo pasa con la vida, desearías pararlo todo en un momento concreto, pero al final tienes que expulsar el humo, pensar "por caladas como ésta vale la pena fumar" y entonces dar otra calada, ya que aunque puede que no sea tan buena o incluso que sea mala, el cigarrillo se acabará y después vendrá otro, y en algún cigarrillo de algún paquete volverás a encontrar la calada perfecta.

miércoles

Esquivando

Transcribo una conversación que he tenido esta misma mañana:

Compañera de trabajo (C de ahora en adelante)- Mañana viene mi hermana a verme y os la presentaré.
Yo (S de ahora en adelante)- ¿Está buena?
C- Tiene novio.
S- Ya, pero ¿está buena?
C- Tiene 25 años.
S- Aha, ¿está buena?
C- Normal.
S- Pues eso.

¿Era tan difícil contestar a la pregunta la primera vez que la he hecho? Que manía tiene la gente de esquivar temas intentando que tu pierdas el interés por saber. Tratándose de mujeres es difícil que yo pierda el interés.

domingo

Hoy voy a dormir desnudo.
No es la primera vez, ni sera la última; pero esta es importante.
¡Que cojones, hoy voy a dormir desnudo!

martes

78 aniversario de la II República Española


¡Viva la República!

jueves

Una historia II

Capitulo II: El vagabundo

Noté un fuerte golpe en la cabeza y desperté sobresaltado. Una figura a trasluz. Me incorporé con dificultad y, usando la mano como visera, distinguí a un indigente con un bastón.

-Me cago en la santa madre de Dios y toda su jodida familia. ¿Se puede saber que hace usted?-Pregunté con educación.
-No blasfemes.- Me increpó el vagabundo, que mientras se iba perfilando vi que era un hombre mayor con una curiosa chaqueta hecha de retales.
-¿Por qué?- Pregunté intrigado.
-Es simple, porque irás al infierno.
-Vengo del infierno, ¿acaso usted no?
-No me gusta tu tono, jovenzuelo.- Contestó con media sonrisa delatora.
-Y a mí no me gusta que me den con un bastón.
-Pues aparta de mi césped.
-Lo siento, ¿es suyo este césped?- Pregunté con cierto sarcasmo, mientras me levantaba.
-Pues sí- Contestó satisfecho -Mira el cartel.
Efectivamente, en la dirección que me señalaba el curioso viejo había un cartel que ponía “No pisar el césped” y debajo, escrito a mano, “Propiedad de José Antonio”.
-Asumo que usted es José Antonio.
-Efectivamente, ¿y tú eres?
-¿Qué importa quién soy yo?
-Entiendo, por la maleta y el acento asumo que no eres de por aquí.
-Asume usted bien, Josan; ¿puedo llamarle Josan?
-No- Respondió rotundamente -Me caes bien, extranjero, dejaré que te sientes en mi césped.
-¿No tendrá usted un cigarrillo, verdad?
-Fumar es malo.
-Entonces no tiene.
-No.
-No tiene o no no tiene, es decir, tiene.
-¿Tú eres tonto?
-Un poquito, le apetece dar una vuelta.
-Lo siento, pero si me muevo de aquí alguien se sentará en mi césped.
-Entonces me marcho.
-Puede que volvamos a vernos, extranjero.- Con un sonrisa me hizo un saludo militar.
-Eso espero, José Antonio, eso espero.
No volví a verlo. Mientras remontaba las ramblas de esa desconocida ciudad pensé en ese viejo hecho de retales, trozos de pequeñas experiencias que cosidas con sumo cuidado unas a otras formaban una curiosa chaqueta. Un hombre con un bastón y una chaqueta de retales temeroso de Dios y vigilante sagrado de una parcela de césped junto al puerto.

Salí del estanco y apresuradamente encendí un cigarrillo. Según mi reloj eran las tres de la tarde. Las ramblas morían en una gigantesca plaza. Básicamente era una explanada con un estanque y en el centro de éste una estatua de granito de un hombre arrodillado y con los brazos extendidos encadenados a un par de estacas. En la parte derecha del pecho tenía un marca: dos lanzas cruzadas envueltas por un círculo de llamas. Gente y palomas por doquier y algún quiosco de chucherías. En un extremo de la plaza había algo parecido a un punto turístico y me acerqué a él sin mucha esperanza. Después de una interminable cola de turistas me llegó mi turno.
-Disculpe, buscaba un hostal económico para pasar algunos días.
La chiquilla del mostrador me miró con desinterés y extendió un folleto. Lo ojeé por encima, parecía una guía para mochileros. Puede que algo me sirviera.
-Disculpe.- La chiquilla me miró como si fuera una mosca cojonera.- Es que soy nuevo por aquí, ¿no tendrá un mapa?
-Última página.- Me indicó con desinterés y siguió ojeando su revista de moda.
-Gracias.

Me senté un banco, encendí un cigarrillo y empecé a ojear con desesperanza la guía para mochileros de mi nueva ciudad. Al fin y al cabo, por algo se empieza.

sábado

Quiero dormir ya, joder


De drogas y de mujeres

Buenos días.
Son las nueve y cuarto. Acabo de llegar a casa. Esta noche podría haber pillado con dos chicas (guapas) y con un hombre (no me va ese rollo). Podría. Podría pero no lo he hecho. En mi defensa solo diré que las drogas y las mujeres son una mala combinación. Y que con la boca seca no hay quien bese.

La chica de las rastas rubias

Ayer, como no, salí de fiesta. Fuimos a una discoteca con música muy variada y alcohol muy barato. Acabé muy borracho. Hasta ahí, todo bien, lo de siempre.
Estabamos en un grupillo de unas personas, bailando y haciendo el capullo. Entonces se acerca la chica de las rastas rubias y empieza a gorronear de nuestros cubatas. Como estaba tremenda todo el mundo le dio (somos tíos) y con la coña de eso empecé a hablar con ella, pero no me hizo mucho caso. Al cabo de un rato volvió a gorronear más y hablé un ratillo más con ella pero como no le di alcohol pasó de mí y fue a mis amigos. Cuando me volví a encontrar con ella le dije que era una zorra, pero se lo dije educadamente. No es que me molestara que se hubiera liado con unos cuantos tíos, mejor por ella, pero jugar con el rollo de hacerte caso solo para que la invites y después pasar de tí me pareció muy zorril. Y se lo dije. Discutimos un poco, nada grave, y entonces vino uno de los colegas y la espantó. Pero se ve que a la tía le puso que la insultara por que al cabo de un rato dejó de hacerse la ofendida y volvió, y esta vez no quería alcohol. Hay que decir que ella estaba muy borracha, aunque yo también. Y estaba tremenda.
Bailamos un poquito, cada vez más agarrado, y aunque ella se me acercaba, le iba hacerse la interesante y no me lo ponía tan fácil. Al cabo de un rato se fue, otra vez. Y al cabo de un rato volvió, otra vez. Y seguimos tanteando la situación. Parecía que la tenía a punto de caramelo, pero se me volvió a escapar. En este punto mis amigos se fueron a dormir, que al día siguiente madrugábamos por una reunión de trabajo, pero como yo soy inmortal y puedo no dormir un día sin ningún problema me quedé para realizar mi misión.
Estuve paseándome por ahí, bailando solo, bebiendo más y oteando el horizonte. Y entonces la vi, estaba hablando con un chico. Me acerqué, qué cojones. El chico, muy borde, me dijo que ella estaba demasiado borracha y que me pirara. Me fui a seguir haciendo el gilipollas solo, yo a mi rollo, ya la pillaría suelta.
Se acabó la música, ya eran las seis de la mañana, fui al guardarropa y recogí mi chaqueta. Justo a la salida, me encuentro a la chica de las rastas rubias con otro chico. Volví a acercarme, era mi última oportunidad y lo último que se pierde es la esperanza. Estaba vez el chico fue más simpático, pero me dijo que ella estaba demasiado borracha y que se la llevaba a casa. Pues nada, encendí un piti y empecé a caminar. En dirección contraria. De puta madre, soy un campeón.
Después de vagar media hora por la zona encontré una parada del metro, aunque no era a la que debía ir. Cogí el metro, y dos transbordos y innumerables paradas después llegué a casa. Por fin. Nada más rozar la cama me llaman mis amigos, que me había quedado dormido y que llegaba tarde a la reunión, pero esa ya es otra historia...
La cuestión, otra vez que se me escapa una oportunidad fácil (y la segunda en una semana). No sé que me pasa, pero últimamente tengo muy mala suerte con las mujeres. Es una putada quedarte a las puertas, que te dejen oler la galleta y después te la quiten de las manos. Lo tenía a puntísimo, esta vez el alcohol me ha jugado una mala pasada. Bueno, por lo menos mientras bailabamos le metí mano hasta hartarme. A falta de pan...

domingo

Buenas noches

Hacía días que esperaba esta fiesta. No es que estuviera ansioso por que llegara, sino que Xavi hacía días que me hablaba de ella, le encantan estas fiestas: chiquillas góticas y música poco heterosexual.
Así que llamé a Carlos, pero como es todo un vago y un capullo me dijo que no quería venir por que estaba cansado, aunque el día anterior yo ya le había advertido que se reservara para fiesta.
Estuve durmiendo desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde, pero me despertó el móvil. Era Jordi, que se apuntaba la marcha. Vaya puntazo.
Fuimos primero a un bar y nos emborrachamos al quinito.
Después, bastante borrachos, fuimos a la discoteca gótica. Allí empezamos a intentar ligar con lindas chiquillas, pero resulta que somos más torpes y menos guapos de lo que creemos. Suerte que la tengo grande, no como Xavi, que no tiene nada que ofrecer a una chica decente para conquistarla.
Sinceramente, no puedo explicar mucho más sin entrar en detalles escabrosos, así que dejaré que vuestra psicótica imaginación haga el resto.
Como resumen: fue divertido, sexualmente negativo y alcoholicámente "mejor-no-preguntes".

jueves

Fondo y forma

Buenas!


Entre Havoc y yo hemos abierto un nuevo blog en el que nos dedicaremos a comentar textos. Ya sé que dicho así parece un poco aburrido, pero la cosa promete. En todo caso, todavía me falta hacer un diseño un poco más "elaborado", pero la cosa ya está en marcha.


Espero veros a todos allí, se llama Fondo y Forma.

miércoles

Retos de la vida

Estaba esta mañana antes de currar (quien iba a pensar que yo sería capaz de despertarme a las siete de la mañana, lo que hace tener que ganarte un sueldo) ojeando el magnífico blog del señor enviñetado con ese humor ácido y racional, cuando he visto la siguiente viñeta que me ha hecho mucha gracia.


Básicamente lo que yo he entendido es que por mucho que te esfuerces en vivir bien, al final la muerte va a llegar; así que, digo yo, para qué esforzarse: Pásatelo bien.

Con ésta chorrada vuelvo a las andadas con el blog, que lo tenía muy abandonado. Por cierto, tengo unos cuantos proyectos muy interesantes en marcha que, si salen bien, pueden dar una nueva dimensión a mi cibervida (por llamarlo de alguna manera).

martes

Cine - Los cazafantasmas 2


Los cazafantasmas dos no es una gran película. No pasará a los anales de la historia del septimo arte, pero, joder, es entrenimiento en estado puro. Comedia barata, pero si eso es lo único que buscas es de lo mejor que puedes ver. Dan Aykroyd sabe hacerlo, como ya demostró en The Blues Brothers.
Un par de cervezas, yo y mi gatita Julia tumbados en la cama y Los cazafantasmas 2; ¿qué más se puede pedir un lunes por la noche?

Ya sabéis:
Hay algo raro,
en el barrio,
¿a quién vas a llamar?
¡Cazafantasmas!

Link a filmaffinity: El regreso del humor.