domingo

Un poema de amor

Con alfileres de plata
tatuando dianas
a la izquierda del pecho.

Pajearme a dos manos
con alambre de espino.
De cada gota de sangre
que derrame mi polla
nacen rosas negras.

Si un corazón tuviera,
masa palpitante
envuelta en sagre,
no dudarías atravesarlo
con una estaca de madera.

Hago barcos de papel de fumar
y después los naufrago
en vasos de whisky barato.

Me ahorco en cada farola,
me parto el cuello soñando
y un cuervo negro se come
mis ojos llorosos.

Al final me duermo
en cualquier rincón
de cualquier calle
en un ciudad anónima
de cualquier parte.
¿A quién le importa
dónde van a morir mis sueños?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder tio, aveces me asustas con esa oscuridad y decadencia....por otra parte, me he partido la caja con lo de la polla jajajaja, bueníssimo!
Joder, mira que llego a ser superficial.

Animo tio.
Bye

liv dijo...

mhmmm te ha quedado muy Allan Poe...
Dedicate a los poemitas amigo.. Me gusta como visualizas.

Besoss muakkk

Adrián García dijo...

Pues mira que en general considero que se me dan mejor las historias cortas que la poesía.
Pero bueno, siempre se aceptan los cumplidos.