sábado

Rabia

¿Dios, por qué eres tan cruel? ¿Será por mis frecuentes comentarios anticlericales y mi acerbado ateísmo? En el fondo soy buena persona, ¿por qué me castigas de esta manera?
La noche iba fenomenal. Lenguas y cuerpos y mucho alcohol en el cuerpo. Y en el peor momento tuvo que ocurrir... Ni yo, ni ella, ni su compañero de piso teníamos condones. Ni había farmacia de guardia. ¿Cómo conseguir preservativos a las cinco de la mañana?
Cuando le propuse de ir a mi piso (caminando) me preguntó:
-¿Tan desesperado estas?
¿No es evidente la respuesta? O sea que de una mamadita ni hablamos.
Una noche más sin sexo. Al final te acostumbras.
Dios, esta no te la perdono.