miércoles

Noticia – Plan europeo de inmigración

Hoy la Comisión Europea ha aprobado una serie de medidas relativas a la inmigración cuyo objetivo es integrar a los inmigrantes y asegurar el mismo nivel de derechos para éstos. Esta clase de medidas son las más necesarias hoy en día, y es una gran noticia que la UE se tome en serio este tema ya que los inmigrantes y sus futuras generaciones pueden dar un nuevo impulso (y no un retroceso, como muchos creen) y hay que favorecer su integración. De todas formas hay que ver (no he mirado el plan en profundidad) si las medidas realmente se aplicaran eficazmente o tan solo serán un documento que “esta ahí” pero que solo se usa en casos excepcionales.

Concretamente me interesa tratar un punto del plan. Una de estas medidas es agilizar la admisión de inmigrantes altamente cualificados. Realmente es una buena idea, ya que favorece la integración (la mayoría de gente aceptará más un negro ingeniero nuclear que un negro obrero, es triste, pero es así). Además esto pude servir para aumentar el nivel cultural del país. Algunos verán un problema en esto, especialmente los que se juegan el empleo; obviamente las empresas prefieren un ingeniero extranjero que no se queja y cobra el sueldo mínimo a un ingeniero español (o europeo) que exige tres meses de vacaciones y cesta de Navidad además de cobrar el doble que el primero. Pero en el fondo la competencia es buena y hará que la gente que se juegue el puesto se esfuerce por destacar; además de que en la segunda generación el problema ya no existirá, pues los hijos de los inmigrantes ya serán españoles y estarán al nivel de exigencia de éstos.

A todo esto debemos sumar los efectos positivos que tiene la inmigración en sí: Para empezar aumenta el nivel de natalidad, que hace falta. Si se consigue superar el gran reto de la integración (reto tanto para los inmigrantes como para los locales) la inmigración aporta nuevos puntos de vista, y nos convierte en gente más abierta y con menos prejuicios.

La inmigración tiene grandes efectos positivos y, políticamente, en lugar de rechazarse (rechazar a los inmigrantes es obligarlos a un modo de vida ilegal, impidiendo así su integración) debe regularse. Pero dejando aparte la política, el punto más difícil, el reto, está en la población local, es aquí donde se produce el verdadero rechazo y ése es el más cruel y discriminatorio: los prejuicios. Aquí es donde se requiere el verdadero esfuerzo y debemos realizarlo nosotros, en el día a día: en la calle, en el trabajo, en el ocio, en la vida.

Miércoles 21 de diciembre de 2005

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