martes

Aros de humo en la oscuridad

Aros de humo en la oscuridad. Miro las estrellas de la madrugada, cuando todo es silencio, oscuridad; soledad.
Aros de humo en la oscuridad, borrados por los vientos de la eternidad. El frío atreviesa mi camisa y me estremezco en un suspiro.
Frío en mis manos y pies, frío sobre mi piel, frío en mis huesos, frío en mi corazón. Aros de humo que mueren en la oscuridad.
Mis pies avanzan lentamente por el suelo empedrado. El sonido de mis pasos resuena en el apacible silencio dormido. Soy un intruso en el sueño de la humanidad. Aros de humo en la oscuridad.
Las agujas del reloj avanzan lentamente como si el dios Tiempo, rey de la eternidad y del instante efímero quisiera torturarme en la noche sin fin de mi alma. Tortura repetida cada segundo que paso en este triste lugar en este triste momento. Aros de humo en la perpétua noche.
Yo, solo. Mi mirada perdida, mis pensamientos quebrados; una lenta figura entre las sombras de las sombras de las sombras. Oscuridad, aros de humo y nada más.

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