El otro día lo comentaba con un amigo. La generación anterior a la nuestra es una generación perdida. La “generación Pokemon” la llamamos (sí, las generaciones van, a nuestro modo de ver, según los programas que se veían durante la infancia en la tele. Nosotros somos la generación Dragon Ball). Los niños de hoy en día son unos mimados, caprichosos, estúpidos, repelentes, maleducados...; al menos la gran mayoría. Sin duda alguna esto es culpa de la educación, pero no de la educación escolar (que también) sino de la educación familiar. Hoy en día las familias no tienen valores. Cuando los niños se aburren los padres les compran una Play Station en lugar de jugar con ellos. A mí nunca me regalaron una videoconsola por el morro, como mucho por los Reyes Magos, y nunca antes de los trece. Tampoco se molestan en hablar con sus hijos ni para educarlos, ni para mostrar un poco de cariño, ni siquiera para regañarlos cuando se portan mal. Además con solo pedirlo los niños actuales pueden conseguir cualquier juguete. Y así salen los críos: Autenticas bestias de la naturaleza.
Pero recientemente he descubierto, no sin asombro, que mi generación es realmente la generación perdida. Es un fiel reflejo de en lo que se pueden convertir los niños de hoy. Exacto, me refiero a los burgueses incendiarios. ¿Qué clase de educación puede tener un joven universitario que se divierte quemando vivos a indigentes? Educación escolar puede, pero no familiar. Le faltan los valores morales, esos que nos diferencias de la época de los gladiadores o de los mismos animales.
Esto me recuerda mucho al libro Encerrados con un solo juguete de Juan Marsé (gran autor). Ya se que la época es diferente y en el libro se crítica la realidad de los jóvenes totalmente desconexa con la de los padres. Pero en el fondo hay algo en común. Los chicos no encuentran su sitio, están fuera de la realidad, en su mundo de fantasía personal. No tienen preocupaciones, responsabilidades, madurez. Se lo dan todo hecho, lo único que les falta es moral y amor.
Por mucho avance cultural, económico, tecnológico, médico o de cualquier clase que tengamos, si no progresamos moralmente (y no lo hacemos) acabaremos enviando la sociedad a la mierda, aún más dentro de la mierda, a una profundidad de la que ya no podremos salir. Lo que se necesita, por encima de todo, es gente responsable. La alarma ya ha sonado, hay que actuar ya.
Pero recientemente he descubierto, no sin asombro, que mi generación es realmente la generación perdida. Es un fiel reflejo de en lo que se pueden convertir los niños de hoy. Exacto, me refiero a los burgueses incendiarios. ¿Qué clase de educación puede tener un joven universitario que se divierte quemando vivos a indigentes? Educación escolar puede, pero no familiar. Le faltan los valores morales, esos que nos diferencias de la época de los gladiadores o de los mismos animales.
Esto me recuerda mucho al libro Encerrados con un solo juguete de Juan Marsé (gran autor). Ya se que la época es diferente y en el libro se crítica la realidad de los jóvenes totalmente desconexa con la de los padres. Pero en el fondo hay algo en común. Los chicos no encuentran su sitio, están fuera de la realidad, en su mundo de fantasía personal. No tienen preocupaciones, responsabilidades, madurez. Se lo dan todo hecho, lo único que les falta es moral y amor.
Por mucho avance cultural, económico, tecnológico, médico o de cualquier clase que tengamos, si no progresamos moralmente (y no lo hacemos) acabaremos enviando la sociedad a la mierda, aún más dentro de la mierda, a una profundidad de la que ya no podremos salir. Lo que se necesita, por encima de todo, es gente responsable. La alarma ya ha sonado, hay que actuar ya.
(Foto: Cartel de la película Ato de violência)
2 comentarios:
Hola!!! acabe aqui de casualidad buscando cosas sobre la generación Pokemon para uno de mis monólogos. Muy interesante lo que comentas.. y por supuesto estoy completamente de acuerdo.
Una sonrisa, Xander :o)
Muchas gracias a ti también y que ye vaya de fábula con tu monólogo.
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