Ley antitabaco

Como buen televidente que soy me he enterado de la nueva ley antitabaco, y como buen fumador me he informado sobre ella. Pero yo seguiré siendo fiel al vicio, no como miles de "traidores" españoles que lo dejan. ¿Es tan extraño? Me gusta fumar; y asumo los riesgos.

Por muy raro que parezca estoy a favor de algunos puntos de la ley. Por ejemplo, me parece bien que no se permita fumar en lugares públicos cerrados y en los lugares de trabajo. Yo puedo elegir fumar, pero no puedo elegir que los demás fumen si ellos no quieren. Me parece que tiene bastante sentido, aunque se podrían haber propuesto alternativas mejores; como permitir a las empresas que lo quisieran habilitar zonas para fumadores, bien acondicionadas. Las que no quisieran que prohibieran fumar. Los fumadores también tenemos derechos: hemos elegido fumar, somos libres para ello, y el Estado debería respaldarlo (acaso no somos españoles con derechos), siempre protegiendo antes a los no fumadores.

Lo que no me parece bien es lo de los bares. Los bares, restaurantes y demás son locales privados y me parece mal que se les obligue a esto. Los dueños de los bares deberían ser libres de decidir si quieren que en sus locales se permite fumar o no y si quieren habilitar zonas para no fumadores o no. Si un no fumador no quiere entrar en un bar de fumadores que no lo haga (igual que si no quiere entrar en un cine puede no hacerlo). Es decir, el trabajo o los lugares públicos no se puede optar por evitarlos y, como ya he dicho, deberían prevalecer los derechos de los no fumadores en estos lugares. Pero si uno no quiere entrar en un bar puede no hacerlo. No perderá su trabajo o su casa, tan solo perderá un café que de todas formas se podrá tomar en un bar en el que no se pueda fumar.

Yo creo que hoy en día, a pesar de la cantidad de gente que fuma, se está creando un clima de hostilidad hacía los fumadores. Es mi vida: si quiero tirarme por un precipicio lo hago, si quiero nadar entre tiburones lo hago, si quiero fumar lo hago. Y nadie es quien para juzgarme, siempre que no le perjudique a él.